Comentario
CAPITULO III
Residencia hecha en Guayaquil y providencias
tomadas para passar á la sierra
390 El navio San Christoval, que haviamos dexado fondeado en la Puná, hizo despues que nosotros su derrota para entrar por el rio y el dia 26 en la noche llegó á dar fondo enfrente de la ciudad; en el siguiente se desembarcaron todos los equipages é instrumentos, y se dió principio á las observaciones con el fin de situar aquella ciudad segun su latitud y longitud, pero, aunque el deseo de conseguirlo nos tuvo cuidadosos en la observacion de alguna immersion de los satelites de Jupiter que llenasse el hueco de la del eclypse de luna, no fuimos mas felices en ellas que en este lo haviamos sido, pues la athmosphera, cubierta de vapores, que con dificultad se dissipaban enteramente, no permitió que lo consiguiessemos. Pero siendonos los dias mas favorables que las noches para los progressos de la astronomía, se tomaron varias alturas meridianas del sol, y, en los intervalos que las nubes daban lugar á ello, se executaba lo mismo con algunas estrellas.
391 Desde que llegamos á aquella ciudad, havia participado su corregidor, á quien como á los oficiales reales y demás personas de distincion merecimos toda especie de atenciones, á el de Guaranda la noticia de nuestro arribo para que diesse providencia de que baxasen bagages al puerto del Caracol en que pudiessemos transportarnos á la sierra, cuyo transito efectivamente estaba suspenso á causa de ser por aquel tiempo allí los fines del ibierno, sazón sumamente contraria para él tanto por la maleza de los caminos quanto porque, estando crecidos todos los rios, es de gran peligro el vadearlos y por su extension no admiten puentes.
392 El corregidor de Guaranda se hallaba entonces en Quito entendiendo en negocios de su empleo pero, aunque estos pudieran haverle detenido, informado el presidente y governador de aquella provincia, que lo era entonces Don Dionysio de Alcedo y Herrera, de ello, le ordenó que sin detencion alguna se restituyesse á su corregimiento y diesse todas las providencias de passar hasta llegar á Quito para que nos atendiessen y facilitassen quanto se nos pudiesse ofrecer. Con tan buenas y prontas disposiciones y la noticia de que caminaban las mulas que se havian pedido para el Caracol, donde se hallarían el dia 6 de mayo, empezó á disponerse nuestro viage por el rio, cuya derrota es la que regularmente se sigue porque, aunque por tierra no dexa de haver camino, es impracticable en todos tiempos por la cantidad de cienagas que median entre uno y otro parage y abundancia de rios, los mas grandes, que hay que atravesar, y, assi, solo puede traficar por él en tiempo de verano una ú otra persona que vaya escotera y sin embarazo, sabiendo los parages donde suele haver canoas para passarlos.